
Yes, Lord.
Este milagro narrativo es muy distinto de la primera temporada (otro milagro) y de lo que llevo visto de la tercera (llevo tres capítulos y ya llevo seleccionadas dos escenas para el top five, lo de la serie esta es mucha tela). La "inocente" mafia sindical polaca no es la mafia de narcotraficantes negros de Barksdale/Stringer Bell, y el luminoso puerto de Baltimore no tiene mucho parecido con las calles más chungas de West Baltimore; sin embargo ahí está, engarzado de maravilla (y presiento que más de maravilla va a quedar) y retratando al fin y al cabo the same shit, el mismo fucking way down in the hole. (by the way, aquí tenéis la letra, que os conozco y sois capaces de no haberla buscado ni mierda. Otro ejemplo de que, en efecto, los cabrones de la serie esta no dicen ni una palabra a la ligera. http://www.sing365.com/music/lyric.nsf/Way-Down-in-the-Hole-lyrics-Tom-Waits/7700DE185241C25648256975000FE772). En contraste con lo luminoso que está siempre el puerto, ese constante toque negro que se impone desde el final del primer capítulo (el contenedor con la veintena de chicas asfixiadas), recordándonos dónde estamos.
Los grandes hallazos de la temporada: Franz Sabotka, la tenebrosísima mafia griega, y Bea la policía del puerto (
pace Rafa, la chica es una preciosidad. Es cierto que la señora fiscal es muchísima fiscal en el arranque de la tercera, pero en la segunda, Bee rules -o what the hell se escriba).
Y no me entretengo más. Mis escenas:
5) es provisional, tengo de momento la de la cena en la que Kima intenta convencer a la mujer de Daniels para que lo deje seguir en la policía a cambio de que Daniels convenza a la novia de Kima de eso mismo, pero las hay mejores, tenéis que sustituirla.
4) McNulty to tajao en el coche se choca contra un pilar y, no contento, vuelve a chocarse intencionadamente.
3) McNulty no se ha aguantado y está follando con dos putas cuando la policía entra en el burdel en el que se ha infiltrado con un micro.
Ahora, con bastante distancia:
2) Omar, sublime con su corbatita que se ha comprado con el dinero del estado para comparecer en juicio, presta testimonio contra el matón aquel (no recuerdo su nombre) ante el jurado de la ciudad de Baltimore, y, moviéndome a levantarme del sillón y a aplaudir, corta al hijoputa del abogado de los mafiosos y lo deja planchadísimo ("¿y usted no?"), para regocijo de toda la sala.
1) D'Angelo en el club de lectura de la cárcel hace en un arranque de irritación su comentario sobre
El gran Gatsby de S. Fitzgerald, y lo hace mejor de lo que podría haberlo hecho Hemingway o cualquier otro. La cita inaugural del capítulo hace referencia a este momento y por ello sabemos que D'Angelo, con su discurso literario-carcelario de negro narcotraficante escoria, está hablando de su propia futura muerte como un grandioso héroe homérico. Su muerte, que nos sorprende igual, efectivamente cierra el capítulo.