
Un profesor de universidad va a marcharse de la ciudad diez años después de haber llegado a ella, sin decirle nada a nadie. Sus amigos académicos lo descubren y en una especie de fiesta sorpresa que le preparan, en medio de la mudanza, le piden explicaciones. Él les ofrece una explicación increíble cuya discusión ocupa el resto de la película.
La película tiene la virtud de lo teatral (no ocurre más que diálogo en un salón) y la virtud de la brevedad (una prudente hora y media). El tema, si no original, es borgiano, aunque desde luego el desrrollo no lo es. Conviene que no leáis otras sinopsis antes de verla, porque no sé por qué razón en todas te fastidian el secreto, y aunque se descrube a los diez minutos, te joden la sorpresa en todo caso. El desarrollo del argumento, digo, tiene quizá demasiado lugares típicos, pero el conjunto deja muy buen sabor. Creo que el Mario la disfrutará especialmente.
Un abrazo a mis amigos lúmpenes y al Rafa; un beso a mis amigas lúmpenes.
Pablo